jueves, 12 de julio de 2012

Esta vez elizabeth no sabía que hacer. Esta situación la ponía tan incómoda, que hasta sus torpes dedos empezaban a escribir incongruencias. Mientras la miraba, escribiendo ávidamente en esa computadora, casi como un cádaver con dedos manejados por titiriteros me dí cuenta de algo importante. Sus mejillas sonrosadas de aquella extraña manera, esa distraída sonrisa que se perdía en lo infinito de esa pared blanca frente a ella. No. Imposible ... podría estar realmente...? Enamorada, triste y estúpida, sin ninguna salida pronta. Eso es lo que estoy. Que perra es la vida... en lugar de ayudar en mi carga emocional, me adhiere un par de kilos más y me usa como yegua de feria, cargando niños gordos que solo comen carbohidratos. Que salida tengo?

miércoles, 18 de abril de 2012

Elizabeth se encontrada ensimismada en todas sus profundas fantasías. La mayoría del tiempo se atormenta con sus propias ensoñaciones y busca remedio en extensas reprimendas mentales hacia si misma. Su vida es sólo pensar, imaginar y no hacer nada. El actuar es para los valientes. Y ella no lo era, o al menos no parecía serlo aún.

martes, 29 de noviembre de 2011

Martes, 29 de noviembre

Un cumpleaños más. El hermano de Elizabeth ha cumplido hoy 10 años. Ese pequeño al parecer es una de las pocas conexiones emocionales profundas de Liz, es uno de los únicos seres que poseen un trozo de su corazón.

Ver la cara triste de su hermano, la deprime, y le hace pensar, lo asqueroso que va ser su cumpleaños la semana entrante. Desde su mente deseaba olvidar ese día, pues había considerado que era mejor para todos, y sobre todo para ella, fingir que no cumplía años. Lo pensaba con firmeza. Y en su semblante frío y en sus ojos llorosos casi se leía su determinación.

Que cojones importa? No es como si estuviera feliz de dejar la niñez, de adentrarse en una muerte cada vez más horrible para ella. Sí, no era apática a la muerte, pero no quería vivir un montón de años aspirando el aire de los más jóvenes y hermosos. No quería ser una sanguijuela aspirando vidas, y si iba a morir era mejor que lo hiciera en sus años mozos, cuando su belleza quedara implantada en el último recuerdo de las gentes.


Ignoraré mi maldito cumpleaños. Me importa un bledo toda esta cuestión. Llegaré a dormir a mi casa y estaré feliz con ello.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Viernes,11 de Noviembre de 2011

En estos días, he visto a Elizabeth muy triste. Sus ojos se pierden en la espesura de las cosas como siempre, pero ahora el melancólico matiz de su mirada parece decir que algo terrible le ha ocurrido.

Desde hace más de un mes estuvo luchando (pero no lo suficientemente fuerte) para conseguir una entrada, del concierto de una de sus bandas preferidas.

Ayer, cuando era el día de ese concierto, se pasó todo el día, mirando lo que escribían sus ídolos en sus innumerables blogs y redes sociales. Al parecer, aunque le dolía el hecho de haber perdido la oportunidad de ver su recital, aquellos comentarios amables, y esas fotos de la ciudad en donde vivía, enrojecían su corazón y lo llenaban de una incomprensible felicidad.

Tal vez parezcan nimiedades desde un punto de vista externo, pero para ella esto es su vida.
Eso sin contar que, aunque no lo parezca, su alma es demasiado sensible y tímida.


sí. soy sensible y tímida de maneras escabrosas. Odio casi toda mi vida, y soy sensible a todo lo que me ocurre por eso. Soy tímida, por que temo de las personas y no quiero que me marquen, ni quiero depender de nadie más que de mí.
Elizabeth... oh! Elizabeth.
La extraña Elizabeth siempre ha tenido costumbres extrañas, o un conjunto de características normales, que juntas son anormales.

En este diario escribiré su vida. Sus pensamientos. La basura que sale de su mente cada vez que idealiza las cosas.

Trataré de ser lo más fiel posible al contar las historias, pero no prometo nada, ya que al narrar desde el punto de vista de un tercero, las cosas terminan por nublarse.